"Terrazo" y la Asimilación Cultural | COMENTARIO Y ANÁLISIS
Terrazo es una colección de cuentos del escritor puertorriqueño, Abelardo Díaz Alfaro; y consta
de los siguientes relatos:
- El Josco: Remarca el enfrentamiento entre un toro moreno (“puertorriqueño”) y un toro blanco (“americano”) por demostrar quién es apto para el padronazgo en una finca cerca de San Lorenzo.
- Santa Clo’ va al a Cuchilla: relata el fallido intento de un maestro recién asignado en enseñar a toda costa el inglés y las costumbres americanas a los jibaritos del barrio la Cuchilla.
- Peyo Mercé enseña inglés: éste puede situarse antes de Santa Clo’ va al a Cuchilla. Peyo Mercé, antiguo maestro de la Cuchilla recibe en su escritorio el nuevo libro del curso de inglés. Adjunto se describe una batalla interna del protagonista en asimilar su nuevo currículo.
- El Pitirre (Guatibirí): Este cuento exalta la pequeña pero fuerte figura del ave puertorriqueña del pitirre, comparándola con clásicos literarios como Cenicienta y Don Quijote esto en respecto a las virtudes de la cultura puertorriqueña.
- Bagazo: recuenta los últimos días de un moreno anciano que fallece al intentar negociar con el mayordomo de la central de caña, quien le dispara. Presenta la explotación racial comparando al empleado con una caña de azucar a la cual, literalmente, “se le saca el jugo” para luego desechar el gabazo; lo que no da para más.
Terrazo presenta el estilo de vida puertorriqueño de principios y mediados del siglo XX. Para la
época la vida era simple, rural y silvestre; los campos proveían alimento y los vecinos celebraban
bajo la luz de la luna tradiciones centenarias, sin embargo, este periodo está marcado por un
complicado punto de inflexión: La Invasión Americana. En 1868 los estadounidenses invadieron
la entonces colonia española y que posteriormente anexarían; eventos que se reflejan en la obra
de Díaz Alfaro. El autor expresa alegóricamente la dificultad presentada al jíbaro para asimilar la
cultura americana presentando ésta última como una fuerza imponente e incompatible con las
virtudes puertorriqueñas.
Terrazo se centra ideológicamente en la asimilación cultural, incluso el título hace referencia a la tierra, la patria y como ésta ha sido pisoteada por las superpotencias. Con esto el autor logra explorar las dificultades de su pueblo conjugando, metafóricamente, dos “destinos” para la cultura borinqueña: sobrevivir o salir del mapa.
Mediante un conflicto contra el sistema los protagonistas intentan por mantener el control. Para el Josco, morir de rabia es su escapatoria del yugo, porque éste representa el tributo al sufrimiento. En el barrio la Cuchilla, Santa Claus y el inglés son “cosas de diablo” y, por supuesto, la muerte de su estilo de vida campestre por medio del progreso. Mientras que Bagazo es más que la representación de la muerte y el fin de una cultura; que habiendo sido dueña y colona de su tierra, ahora es solo una sirvienta saqueada por la belleza y prendas que tuvo. Son a estos símbolos a los que el autor alude para presentar este punto de vista ¿Habrá esperanza?
A pesar de esto, Díaz Alfaro expone un rayo de luz en la oscuridad de estos relatos: el pitirre. El ave pequeña y llena de valor, igual a nuestra tierra y gente, que ferozmente vence al guaraguao; la cenicienta de América que se arma con el valor de un Quijote en su búsqueda para asentarse en el trono y entablar una dinastía cultural poderosa; como un simbionte que doma sus virtudes mejorándose a sí mismo junto a su portador. De cierto es favorable que las culturas cambien constantemente, sin olvidar sus valores fundadores durante el proceso de supervivencia; trascendiendo a través del imponente tiempo.
Lamentablemente ninguno de estos destinos se ha determinado, pues cada día el progreso ha
hecho más americanos dejando a nuestros descendientes inconscientes de lo que nos hace únicos.
Es mediante obras como Terrazo; donde los autores nos llevan a recordar nuestro virtuoso
pasado, con las que aprenderemos a encaminar a una nueva y mejor humanidad, esperando que
el precio de nuestra ignorancia no sea nuestra condena.
Comments
Post a Comment